miércoles, 28 de junio de 2017

Europatitan eastwoodi un nuevo dinosaurio con un enorme cuello descrito en la Sierra de la Demanda (Burgos)


La prestigiosa revista PeerJ acaba de publicar un artículo donde se describe una nueva especie de dinosaurio para la Sierra de la Demanda: Europatitan eastwoodi. El nombre hace alusión a su gran tamaño (como los titanes de la mitología griega) y al actor de cine Clint Eastwood, uno de los protagonistas de la película “El Bueno, el Feo y el Malo”, rodada en la comarca serrana.

Esta nueva especie se identifica como un dinosaurio saurópodo, grupo caracterizado por englobar animales de grandes dimensiones y de cuello y cola largos.
La antigüedad de los fósiles de Europatitan ronda los 125 millones de años, al principio del período Cretácico (Era Mesozoica), por tanto de edad similar al otro dinosaurio burgalés Demandasaurus darwini.

Fidel Torcida y José I. Canudo junto a la vértebra dorsal del Europatitan.
Los restos fósiles se extrajeron del yacimiento Oterillo II, situado entre Salas de los Infantes y Barbadillo del Mercado (Burgos). El yacimiento fue objeto de  3 campañas de excavaciones -años 2004 a 2006- financiadas por la Junta de Castilla y León y la Fundación Dinosaurios. Se recuperó un esqueleto semicompleto y parcialmente articulado, con muchos huesos dispuestos tal como murió el animal.

El ejemplar es uno de los saurópodos titanosauriformes más completos de comienzos del Cretácico en Europa. Este descubrimiento puede ayudarnos a conocer mejor cómo evolucionaron y se diversificaron estos dinosaurios en Europa en ese tiempo.

Otro de los aspectos más apasionantes para los investigadores es la aportación de Europatitan al conocimiento de los posibles intercambios de faunas de dinosaurios entre África y Europa. El debate científico sobre esas relaciones tiene una necesaria referencia en la península ibérica, que ha proporcionado fósiles de dinosaurios que exhiben claras semejanzas con otros existentes en África o América del Sur: el caso más paradigmático es precisamente Demandasaurus.

El nuevo dinosaurio tiene una combinación única de caracteres anatómicos, nunca vistos en otras especies de dinosaurios. Los huesos más característicos son las costillas, escápula (equivalente a nuestro omoplato), y las vértebras dorsales (de la espalda). El estudio revela que esta especie estaría situada en la base de la evolución de los llamados Sonfospóndilos (“vértebras esponjosas”, nombre que refiere la posesión de huesos con grandes huecos internos).

Un cuello extremadamente largo.

Decididamente, la característica más impactante de Europatitan es que se trataba de un animal de proporciones gigantescas. El hueso más largo que se ha recuperado es una costilla de 210 cm. de longitud; las 2 escápulas tienen 165 cm. de longitud y una vértebra dorsal alcanza 70 cm. de altura a pesar de estar incompleta.
Lo más sorprendente para los investigadores fue comprobar las dimensiones de las vértebras del cuello: hasta 114 cm. de longitud y 90 cm. de alto. Estos animales tenían hasta 15 vértebras de cuello –no todas del mismo tamaño- y se estima que la longitud total del cuello de este coloso estaría entre 10 y 11 metros. Era un cuello extremadamente largo, que podría duplicar en longitud al tronco y ser tan largo como su cola. La longitud total de este dinosaurio podría alcanzar 27 m., y su peso llegaría a las 35 toneladas.

Este dinosaurio formaba parte de los coloquialmente conocidos como “dinosaurios jirafa”, entre los que destaca una especie norteamericana denominada Sauroposeidon, cuyas vértebras de cuello son muy semejantes a las de Europatitan. A pesar de su formidable tamaño, el peso de estos huesos no sería excesivo, pues presentaban un pronunciado aligeramiento a base de lo que los investigadores denominan neumaticidad: el conjunto de huecos y excavaciones en los huesos, incluso con abundantes cavidades dentro de la masa ósea. Eran grandes huesos de una fragilidad asombrosa.

Según algunos investigadores, el cuello de estos dinosaurios podría disponerse casi vertical y tendría bastante movilidad; eso les permitía conseguir alimento de árboles de gran altura. En el caso de Europatitan su cabeza podría estar a 16 metros por encima del suelo, por lo que se considera como uno de los dinosaurios conocidos más altos de Europa. Estos cuellos eran una auténtica obra de ingeniería evolutiva que muestra de una manera evidente la gran capacidad adaptativa de los dinosaurios a los ecosistemas y ambientes que ocupaban, una de las razones de su éxito en la era Mesozoica.

La presencia de un dinosaurio de estas características en Europa es uno de las cuestiones más llamativas de la investigación realizada. Los resultados de este estudio, ponen de nuevo el foco de atención de la paleontología mundial en la Sierra de la Demanda burgalesa.

martes, 27 de junio de 2017

Presentación de una nueva especie de dinosaurio descubierta en la Sierra de la Demanda (Burgos)

El Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas (C.A.S.) presentará mañana miércoles, 28 de junio, a las 10.30 horas, en el Museo de la Evolución Humana de Burgos, una nueva especie de dinosaurio gigante descubierto cerca de Salas de los Infantes (Burgos).
Se trata de uno de los dinosaurios saurópodos más completos de Europa. Su característica más llamativa es la de poseer un cuello extremadamente largo: 11 m.

El trabajo de investigación lo ha realizado un equipo de especialistas del Museo de Dinosaurios y del Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas de los Infantes (Burgos), Universidad de Zaragoza, y Universidade Nova de Lisboa.

La rueda de prensa correrá a cargo de Fidel Torcida Fernández-Baldor (Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes) y José Ignacio Canudo (Grupo Aragosaurus-IUCA, Universidad de Zaragoza), coautores del artículo científico donde se describe la nueva especie, y será presentada por Juan Luis Arsuaga (director científico del MEH).

sábado, 24 de junio de 2017

Brazos del chilesaurio eran similares a los de las aves actuales

El análisis de sus fósiles muestra que su postura natural era con los brazos flectados.

Aún no es posible determinar qué fue lo que, hace 148 millones de años, mató a los chilesaurios (Chilesaurus diegosaurezi) que vivían al sur del lago General Carrera, en la Región de Aysén, pero sus fósiles -encontrados a partir de 2004- los muestran en posición de vida, como si hubiesen estado en una actividad de rutina y un evento repentino los hubiera enterrado.
Esa posición es la que ha ayudado a los paleontólogos a estudiar sus extremidades y determinar que su disposición se asemeja mucho a la postura de reposo descrita en dinosaurios próximos a las aves -como los troodóntidos-, que se ha relacionado con la adquisición del vuelo.

David Rubilar, jefe de Paleontología del Museo Nacional de Historia Natural (MNHN), y uno de los autores del estudio publicado en la revista Ameghiniana, indica que analizaron cuatro fósiles, entre ellos el holotipo que le da nombre a la especie, que es el más completo. “Los brazos están flectados, pero no las piernas, lo más probable es que haya sido una postura natural, como la mantenían además muchos otros dinosaurios”, dice el paleontólogo.

“Ello trae a colación un tema que siempre se pone en las reconstrucciones científicas de los terópodos (carnívoros bípedos, como el tiranosaurio): se le ponen los brazos como colgando. Yo creo que lo que ocurría a estos terópodos es que tal vez mantenían flectados los brazos, en una posición cómoda. Sería como una posición reflejo, que cuando está en posición bípeda, se recogen, como la postura de ala del pollo o los pájaros”, explica.

Esta posición sólo se había documentado en ciertos dinosaurios que dan origen a las aves, como los troodóntidos, animales pequeños, de rasgos muy avianos y linaje más cercano a las aves. “Es interesante encontrarlo en un dinosaurio jurásico, porque todavía hay debate de si es terópodo o no y esto suma evidencia de que es terópodo”, dice Rubilar.

Pistas de cómo murió

Hasta ahora no se ha determinado qué hizo que los fósiles de chilesaurio se mantuvieran en buen estado y casi armados -en algunos casos- en la fría zona de Aysén. Por su postura, los investigadores creen que estaba en alguna actividad de rutina cuando un evento repentino los sepultó, pero no hay señales de que intentaran escapar.

Manuel Suárez, geólogo e investigador de la U. Andrés Bello (cuyo hijo descubrió el primer fósil de la especie), señala que los fósiles están en depósitos torrenciales, roca sedimentaria y fragmentos de otras rocas arrastradas por un río que llegaba a un delta. “Muchos de ellos están bastante enteros, llama la atención el proceso de transporte, que fue bastante fuerte con lo enteros que estaban, porque también había dinosaurios de cuello largo, totalmente segmentados”, dice.

El ambiente en que vivió el chilesaurio hace 148 millones de años era volcánico, pero no se ha determinado hasta qué punto eso influyó en su muerte, porque no están atrapados en ceniza, dice el geólogo.

“Sabemos que hay un volcán cerca, puede ser una pista, que son depósitos cercanos a un estuario, pero saber qué les pasó sólo se puede a través de investigación. No hay duda de que murieron repentinamente, estaban en su quehacer diario cuando ocurrió”, dice Rubilar.

La respuesta sólo podrá conocerse con otro estudio, para el cual los científicos ya postulan a financiamiento.

Un nuevo fósil cambia el origen de los anfibios modernos

Nuevos fósiles del Triásico son el eslabón perdido que conecta a los ancestros anfibios de las ranas con criaturas similares a gusanos con una columna vertebral y dos filas de dientes afilados.

Chinlestegophis jenkinsi. Jorge González/USC
Denominado 'Chinlestegophis jenkinsi', el fósil recién descubierto es el pariente más antiguo del más misterioso grupo de anfibios: los caecilianos. Hoy en día, estos carnívoros serpentinos sin pelo y sin extremidades viven bajo tierra y varían en tamaño desde seis pulgadas a cinco pies (15 centímetros a 1,52 metros).

"Nuestro descubrimiento requerirá que los paleontólogos reevalúen el momento del origen de los grupos de anfibios modernos y cómo evolucionaron", afirma el autor principal del estudio, Adam Huttenlocker, profesor asistente en el Departamento de Ciencias Anatómicas Integrativas en la Escuela Keck de Medicina de la Universidad del Sur de California (USC).

El estudio, publicado en 'Proceedings of the National Academy of Sciences', amplía la historia conocida sobre ranas, sapos y salamandras por lo menos 15 millones de años y cierra una brecha importante en la evolución caeciliana temprana conectándolos a los estereospóndilos, que fueron el grupo anfibio más diverso durante la era Triásica hace más de 200 millones de años.

Los científicos creían que la historia del orden estereospondílico era un callejón sin salida porque, aunque estaba extendida durante el periodo Triásico, se creía que los animales no estaban relacionados con nada vivo hoy. Los dos fósiles descubiertos recientemente disipan esa teoría y sugieren que el linaje anfibio de hoy evolucionó de un antepasado común hace unos 315 millones de años.

"Los caecilianos son difíciles de encontrar en el registro fósil porque la mayoría son muy pequeños --explica Huttenlocker en un comunicado--. 'Chinlestegophis jenkinsi' conserva todavía una gran parte de la morfología primitiva que se comparte con otros anfibios triásicos, es decir, sus cuatro patas".

Antes de 'C. Jenkinsi', los científicos habían encontrado solamente otros dos fósiles caecilianos de la Era de los Dinosaurios y --a diferencia de los dos recientemente desenterrados-- los que llegaron más tarde y habían reducido sus miembros, se parecían más a sus parientes vivos contemporáneos.

"Es posible que las cosas que el tejido de la rana y la salamandra pueden hacer a la hora de curar sin cicatrices también estén presentes en el ADN humano, pero pueden estar desactivadas --señala el autor principal del estudio, Jason Pardo, candidato doctoral en la Facultad de Medicina Veterinaria en la Universidad de Calgary en Alberta, Canadá--. Como los humanos también son vertebrados, mejoramos nuestra comprensión de nuestra propia historia evolutiva y herencia genética cuando adquirimos entendimiento del linaje anfibio”.

RESOLUCIÓN DE MISTERIOS SOBRE LA EVOLUCIÓN DE LOS VERTEBRADOS

Actualmente, hay menos de 200 especies de caecilianos, que viven en regiones húmedas, tropicales de Suramérica, África y Asia Sur-Oriental. Pero los dos antiguos anfibios fósiles hallados a finales de los 90 por Bryan Small, coautor del estudio y asociado de investigación en la Universidad Tecnológica de Texas, fueron preservados en fosas fosilizadas del condado de Eagle, Colorado, Estados Unidos.

Los paleontólogos utilizaron rayos X tridimensionales para reensamblar los restos fósiles de dos ejemplares de 'C. Jenkinsi'. Partes de un cráneo, columna vertebral, costillas, hombro y piernas sobrevivieron en los fósiles de la primera muestra, pero sólo se distinguía el cráneo en el segundo espécimen.

"Hace veinte o treinta años, ni siquiera estábamos seguros del origen de las aves --relata Pardo--. Ahora, estamos resolviendo algunos de los últimos misterios que quedan sobre a partir de qué tipo de animales evolucionaron los principales grupos de vertebrados. Caecilianos, tortugas y algunos peces son los únicos grupos de vertebrados importantes sobre los que los paleontólogos todavía tienen preguntas abiertas".

Las madrigueras en las que se conservaban estos fósiles eran de casi dos pulgadas de ancho (más de cinco centímetros), lo que significa que no podían haber sido muy grandes. Sus cráneos en forma de bala tenían poco más de una pulgada (2,54 centímetros) de largo, por lo que el antiguo caeciliano era probablemente del tamaño de una pequeña salamandra, detalla Huttenlocker.

Se desconoce la longitud del animal porque los investigadores no tienen los restos fósiles completos del animal, pero Pardo estima que el caeciliano antiguo tenía entre seis pulgadas (15,24 centímetros) y un pie de largo (30,48 centímetros). Como un pequeño carnívoro, probablemente comía insectos. Sus ojos habrían sido funcionales pero diminutos. Algunos de los caecilianos de hoy no tienen ojos o están escondidos bajo la piel húmeda.

Durante el verano, esta área central de Colorado habría sido abrasadora, que es probablemente por lo que estos animales subterráneos prosperaron. Los dinosaurios grandes como los primeros parientes del 'Tyrannosaurus rex' y 'Triceratops coul' no podrían haber existido en este tipo de condiciones, según Huttenlocker.

"Los antiguos caecilianos vivían en estas madrigueras profundas en el suelo hasta el nivel de la capa freática para poder mantenerse húmedos y evitar la extrema aridez de la estación seca --detalla Huttenlocker--. Voy a regresar a Colorado este verano y espero encontrar más animales con esqueletos más completos. Encontraremos uno. Este es sólo el informe inicial".

viernes, 23 de junio de 2017

El apocalipsis volcánico que dio paso a la era de los dinosaurios

El análisis de rocas de hace 200 millones de años revela que sucesivas erupciones provocaron la extinción de la mayor parte de la fauna del Triásico

Los dinosaurios ocuparon el lugar de otras especies desaparecidas tras 
la hecatombe volcánica - Fotolia
El impacto de un gigantesco meteorito en lo que hoy es la península de Yucatán, en México, hace unos 66 millones de años es la teoría más aceptada para explicar la desaparición de los dinosaurios de la faz de la Tierra. Pero resulta que otro cataclismo de dimensiones globales fue también lo que favoreció, millones de años antes, que estos animales dominaran el planeta por encima de las demás especies. Una nueva investigación de la Universidad de Oxford apunta que una sucesión de megaerupciones volcánicas provocó una extinción masiva en el Triásico que dejó libre el trono del ecosistema para los dinosaurios.

La extinción del Triásico se produjo hace unos 200 millones de años y fue una de las mayores catástrofes para la vida animal de las que se tenga registro. La lista de bajas incluyó grandes reptiles como cocodrilos y varios invertebrados marinos. El evento también causó enormes cambios en la vegetación terrestre, y si bien sigue siendo un misterio por qué los dinosaurios sobrevivieron, lo cierto es que pasaron a ocupar los huecos dejados por las especies desaparecidas, junto a los primeros mamíferos y anfibios. Esta extinción masiva se ha vinculado a una liberación grande y brusca de dióxido de carbono en la atmósfera, pero la fuente exacta de esa emisión ha sido desconocida.

Los investigadores de Oxford estudiaron rocas volcánicas de la misma época de la extinción encontradas en un área enorme que cubre cuatro continentes, lo que se conoce como la Provincia magmática del Atlántico Central (CAMP, por sus siglas en inglés). Estudios previos ya habían analizado los oscilantes niveles de carbono en esas rocas, vinculados a las erupciones, pero el nuevo estudio se interesó por otro elemento clave: el mercurio.

El rastro del mercurio

Cuando los volcanes entran en erupción, emiten rastros de mercurio en las columnas de gas que suben al cielo, se extienden por la atmósfera y luego vuelven a caer al suelo, donde pueden permanecer durante millones de años. El aumento de los niveles de mercurio en los sedimentos revela los picos de la actividad volcánica, y eso es lo que observaron los científicos.

El equipo estudió seis depósitos de sedimentos del Reino Unido, Austria, Argentina, Groenlandia, Canadá y Marruecos, y analizó sus niveles de mercurio. Cinco de los seis registros mostraron un gran aumento en el contenido de mercurio que coincide con el comienzo de la gran extinción de finales del Triásico, con otros picos observados entre el horizonte de extinción y el límite Triásico-Jurásico, que se produjo aproximadamente 200.000 años más tarde.

Las elevadas emisiones de mercurio también coincidieron con los aumentos previamente establecidos en las concentraciones de CO2 en la atmósfera. Para Lawrence Percival, autor principal del estudio que publica la revista PNAS, no hay duda: «Estos resultados apoyan firmemente episodios repetidos de actividad volcánica a finales del Triásico». A su juicio, «esta investigación refuerza en gran medida la relación entre la extinción masiva del Triásico y las emisiones de CO2 volcánicas, lo que mejora nuestra comprensión de este evento y, potencialmente, de otros episodios de cambio climático de la historia de la Tierra».

sábado, 17 de junio de 2017

La ‘revolución china’ que ha puesto plumas a los dinosaurios

“Los dinosaurios de Hollywood se parecían mucho a los de verdad”, afirma Àngel Galobart, jefe de investigación del Mesozoico del Institut Català de Paleontología Miquel Crusafon

Así eran los dinosaurios de verdad según las ilustraciones de Luis Rey 
(Martí Paola)
Los fósiles encontrados a lo largo de los 150 años de paleontología han permitido imaginar los tamaños, volúmenes y dimensiones de aquellos seres que habitaron sobre la Tierra hace cientos de millones de años, pero no han contribuido en exceso a la hora de reproducir su aspecto externo. De hecho, la apariencia de los dinosaurios ha sido objeto de debate entre la misma comunidad científica. Los nuevos descubrimientos y la evolución de la propia ciencia han permitido barajar diversas hipótesis en relación a la apariencia de estos prehistóricos animales. La llamada “revolución china” –dentro del ámbito paleontológico- significó un antes y un después en la concepción mental de estos seres, ya que ciertos hallazgos asiáticos aportaron de manera seria pruebas significativas de que algunos dinosaurios carnívoros tuvieron plumas.


Para Àngel Galobart, jefe de investigación del Mesozoico del Institut Català de Paleontología Miquel Crusafont (ICP), la representación que hacemos hoy en día de los dinosaurios con ilustradores y artistas se asemejaría mucho al aspecto que tenían en su momento.

De hecho, el máximo responsable de que todos nosotros tengamos en mente un Tiranosaurus Rex, Steven Spielberg, “logró –bajo el entender de Galobart- que se parecieran en un 80-90% a los de verdad, en función de la especie a comparar”.

Escamas en forma de roseta

Para la representación física externa de estos animales es importante destacar las huellas de piel que dejaron impresas para la historia sobre el barro de la época. Hace escasos meses el ICP localizó en el Pirineo un descubrimiento único en Europa por sus características, una huella de piel de un saurópodo que vivió hace 66 millones de años. Para Galobart, estos hallazgos sirven para realizar reproducciones lo más fidedignas posibles de estas especies y consolidar los conocimientos que ya se tienen sobre estos seres”. En el hallazgo pirenaico se cumple el patrón propio de la especie: escamas en forma de roseta, con una escama central y seis alrededor.


El jefe de investigación del mesozoico también considera importantísima la información que han aportado las momias fosilizadas. Se trata de aquellos dinosaurios que murieron y quedaron desecados, conservando su piel y sus músculos deshidratados, y que posteriormente por alguna inundación quedaron enterrados y, consecuentemente, fosilizados. “Cuando vemos una de estas momias, podemos decir que estamos ante un muñeco de Spielberg deshinchado, lo que nos da una visión bastante real de cómo eran estos animales”.

Reproducción a tamaño real de un saurópodo en el Museo 
del Insitut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (Martí Paola)
El imaginario colectivo también ha relacionado, quizás por falsa similitud, los dinosaurios con los reptiles de nuestra época. Àngel Galobart desmiente totalmente que una tortuga, una iguana o un cocodrilo sean los descendientes directos de los seres prehistóricos y reserva ese protagonismo para las aves. Por poner un ejemplo, “un gorrión es un dinosaurio, ya que los pájaros es el único grupo de la especie que sobrevivió a la extinción”, sentencia el experto.
LA REIVINDICACIÓN "Por años fuí rechazado por pintar dinosaurios emplumados y coloridos”
LUIS REY
Ilustrador hispano-mexicano

Luis Rey es un ilustrador hispano-mexicano, afincado en Londres, que ha colaborado con prestigiosos investigadores en la ilustración de dinosaurios. En la actualidad está considerado uno de los mayores expertos en reconstrucción anatómica, aunque no siempre fue así. En los años 90 empezó a representar a los carnívoros con espectaculares plumajes, lo que le llevó a ser tachado de transgresor y de saltarse los cánones del momento. Pero los descubrimientos en China, que se hicieron a finales del siglo XX, cambiaron completamente el punto de vista de la obra de Rey, pasando a ser automáticamente un autor reconocido por su visión y atrevimiento.

Cuando nadie creía en la teoría del plumaje, usted fue uno de los primeros en apostar por ello. ¿Qué le hizo pensar en que los dinosaurios tenían plumas?

El ilustrador Luis Rey (MP)
Por el simple estudio de la anatomía comparada. Hueso por hueso, el Deinonychus es una versión agigantada del Archaeopterux, según pudo demostrarse en los años sesenta. ¿Por qué el Deinonychus no podía también ser emplumado, a pesar de tener tres metros de largo? Ahora sabemos que él y sus parientes (especialmente el Velociraptor) tienen huellas en los huesos del antebrazo donde se ve que estaban insertadas las plumas. Entonces, ¡hay fósiles! Por años fui rechazado por hacer dinosaurios emplumados y coloridos, pero cuando empezaron a aparecer las pruebas fosilizadas me sentí reivindicado. La gran “revolución china” de los dinosaurios emplumados en los 90 fue la salvación de muchos que abogábamos por esto desde hacía décadas.

¿Crees que, por ejemplo, los Tiranosaurus Rex pierden ferocidad y aspecto de “tipos duros” si llevan plumas?

Para muchos es una simple cuestión psicológica. No pueden tolerar que sus tradicionales dragones de antaño o de su niñez se vuelvan pájaros. Pero un tiranosaurio emplumado es, diría yo, aún más terrorífico y monstruoso. Es un “correcaminos infernal”, como diría Robert Bakker, un prestigioso paleontólogo estadounidense que ayudó a replantear una serie de teorías sobre los dinosaurios. 
Un tiranosaurio emplumado es aún más terrorífico y monstruoso, es un correcaminos infernal”
¿Por qué cree que el cine norteamericano moderno no recoge en sus películas el aspecto que defiende?

Ilustrador de dinosaurios de Luis Rey (MP)
Por prejuicio cultural y mercadotecnia. Las películas de Spielberg no son científicas, son largometrajes de monstruos para vender a perfiles que buscan filmes de terror.

¿Cómo es la relación que mantiene con especialistas? ¿En qué se basa?

Se basa en un mutuo respeto, y sobre todo en el hecho de que para cada una de mis obras necesito buena relación. Cada una requiere estudiar rigurosamente lo que los paleontólogos me proporcionan, lo que la biología animal y el medio ambiente me proporcionan también. Después me embarco a usar mi imaginación como artista. Los paleontólogos profesionales aprecian esto y he tenido el privilegio de trabajar con muchos de ellos.

jueves, 15 de junio de 2017

Presentación del cómic: Los Siete Infantes de Lara







































Hoy sábado 17 de junio, presentación del cómic recientemente publicado sobre Los Siete Infantes de Lara a cargo de sus autores.

Una versión actualizada y con un guión en principio pensado para el cine y que finalmente han sacado en un cómic de 160 páginas encuadernado en tapa dura. Contaremos con la presencia del prestigioso guionista Manolo Matji y del dibujante Sergio Córdoba.

Organiza: Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas.

P.D.: Habrá firma de ejemplares.

Presentan en La Plata al “eslabón perdido” entre aves y dinosaurios

UN HALLAZGO QUE LLENA UNA BRECHA EVOLUTIVA

El científico argentino que participó en el descubrimiento del Teleocrater disertará hoy en el Museo

Durante décadas, los científicos pensaron que los primeros parientes de los dinosaurios tenían un tamaño relativamente pequeño y caminaban en dos patas, como los actuales pájaros. Pero en abril pasado, la publicación de un hallazgo en torno a un fósil de 245 millones de años probó que no era así. Uno de los autores de ese descubrimiento, el palentólogo argentino Martín Ezcurra, visitará hoy el Museo de Ciencias Naturales de La Plata para compartir los detalles de ese trabajo que vino a llenar una brecha en la historia de la evolución.

Investigador del CONICET en el Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia, el doctor Martín Ezcurra participó del estudio internacional publicado en la prestigiosa revista Nature que dio cuenta del hallazgo del Teleocrater rhadinus. “Se trata del miembro más antiguo del linaje de los dinosaurios y un descubrimiento que plantea una nueva hipótesis acerca de su origen y evolución temprana; de ahi el interés para la comunidad científica y el público en general”, señalaron los organizadores del evento, previsto para las 11:30 en el auditorio de la Facultad.


El “Teleocrater rhadinus” era un plantígrado de tres metros de largo; que caminaba en cuatro patas, del que se encontró una articulación ancestral del tobillo compartida por cocodrilos y aves, la que cambia un viejo paradigma científico sobre el origen de los dinosaurios.

“Esa articulación del tobillo se usó durante muchos años para diferenciar dos grupos principales: el linaje de los cocodrilos y el linaje de las aves. Nosotros, mostrando que este tipo de articulación ancestral es tanto para cocodrilos como para aves, cambiamos un paradigma de hace más de 50 años. El hallazgo obliga a revisar ahora en qué momento se da la transición entre la articulación cocodrileana y la articulación que tienen las aves hoy”, comentó.

“La evidencia que pudimos colectar en Tanzania en 2015 nos ayudó a conocer cómo era la morfología de este nuevo animal, aunque (el científico británico Alan) Charig tenía mucha evidencia disponible y ya en 1956 era considerado un animal muy novedoso y único dentro de los que se conocían”, relató Ezcurra.

No obstante, “nuestro trabajo fue casi empezar de cero teniendo en cuenta lo que había hecho Charig, que es uno de los autores del trabajo que se publica 20 años después de su muerte, para ponerlo a Teleocrater en el contexto actual, incorporar la nueva información y utilizar las técnicas modernas para poder dilucidar con quiénes estaba emparentado y su relevancia dentro del origen de los dinosaurios”, comentó el investigador del CONICET.

Para la investigación, Ezcurra estuvo en India, Rusia y Alemania -donde está el otro ejemplar de los Alphanosaurios-, y vio el fémur hallado en 1933 entre otros fósiles originales de Teleocrater que estudió Charig.

miércoles, 14 de junio de 2017

Hallan más restos de dinosaurios en Morella que podrían ser de una especie nueva

Paleontólogos han encontrado nuevos restos de dinosaurio en el yacimiento del Mas de Romeu, en la localidad castellonense de Morella, en "muy buen estado de conservación". 

Recreación del Morellanodón, cuya existencia en la Península Ibérica hace más
 de 125 millones de años, se constató en 2015.
Estos fósiles pertenecen a un dinosaurio de la familia de los saurópodos de unos 20 metros de largo desde la cabeza hasta la cola, un animal que alcanzaría unos ocho metros de altura. 

Los expertos, que han encontrado un total de 80 huesos, calculan que los restos tienen 125 millones de años de antigüedad. Con este hallazgo, el yacimiento del Mas de Romeu se convierte en uno de los más importantes de Europa por la cantidad de restos y por su estado de conservación, según ha informado el Ayuntamiento de Morella en un comunicado. 

El paleontólogo morellano Jose Miguel Gasulla ha destacado que han encontrado "restos muy interesantes que permiten ver y comparar todos los restos de la comarca y ver las similitudes y diferencias de la vida en esta zona". 

"Podría tratarse de una especie nueva, aunque no está confirmado y falta profundizar en el estudio de estos restos", ha precisado. El experto ha apuntado que el dinosaurio "tiene 125 millones de años, edad muy similar a todos los restos que se han encontrado en la zona". "El hallazgo pertenece al Cretácico inferior, más concretamente al Barremiense superior", ha añadido. 

Los huesos de este hallazgo se podrán quedar en Morella para seguir trabajando con ellos. Así, fruto de este hallazgo, se acelerarán los plazos y trabajos necesarios para habilitar un espacio donde los expertos puedan continuar su trabajo en Morella y no tengan que desplazarse a otros laboratorios o emplazamientos. 

Más cosas en campañas futuras 

Es la segunda campaña que se realiza en este yacimiento. Durante el año pasado encontraron restos más deteriorados que en la presente. Así, Gasulla ha dicho que están "perfilando los fémures y los demás hallazgos que han aparecido y no estamos buscando más adentro". De este modo, el paleontólogo cree que "aún no está agotado el yacimiento y que se pueden encontrar más cosas en campañas futuras". 

El alcalde de Morella, Rhamsés Ripollés, ha manifestado que este hallazgo "muestra, una vez más, el patrimonio paleontológico de Morella, que tiene mucho potencial y quedan muchas cosas por encontrar". 

Estas excavaciones son financiadas por el Ayuntamiento de Morella y, además, colabora la empresa Vega del Moll que les deja herramientas y material para realizar las diferentes tareas. El alcalde ha querido agradecer "a los paleontólogos, al equipo de excavación y a los propietarios de los terrenos su colaboración e implicación en el proyecto".

Así fue el nipponosaurio japonés, según la ciencia

Esqueleto del dinosaurio japonés, conservado en la provincia de Hokkaido 
(Foto: Universidad de Hokkaido).
El Nipponosaurus sachalinensis -un polémico hadrosauroideo cuyo esqueleto fosilizado fue desenterrado en el sur de Sakhalin en 1934- ha sido reanalizado por una equipo de la Universidad Imperial de Hokkaido, Japón, probando que es un taxón válido entre los Lambeosaurinae.

El documento publicado en la revista Historical Biology señala que ello se pudo determinar gracias a la identificación de “caracteres únicos dentro de los Lambeosaurinae (presencia de un proceso anterodorsal surangular masivo, presencia de un estante lateral del dentario y un cúbito relativamente corto), que son independientes de la ontogenia”.

Nipponosaurus fue un dinosaurio herbívoro del período cretáceo tardío, fue nombrado así en 1936 por el profesor Takumi Nagao de Hokkaido, empleando la palabra japonesa para Japón (Nippon) en su nombre. Fue el primer estudio de dinosaurios en la nación asiática.

Ya en 2004, un reanálisis del dinosaurio realizado por un estudiante graduado de la Universidad de Hokkaido cuestionaba si el Nipponosaurus tenía un estatus taxonómico independiente, hallando que el espécimen estudiado era juvenil y que de haber madurado hubiera ostentado en su osamenta las características distintivas de su especie.

Los autores de la reciente investigación analizaron la etapa de desarrollo del Nipponosaurus diseccionando tres huesos fosilizados (un fémur, una costilla y un cheurón, que es una de las vértebras en la cola). Encontraron que la orientación de los canales vasculares en el hueso del muslo cambia de reticular en la corteza interna a laminar en la corteza externa. También descubrieron que el número de líneas que indican crecimiento detenido, similar a los anillos de crecimiento en un árbol, se limita a dos en todos los huesos. Ambas características muestran que Nipponosaurus hallado y estudiado era juvenil y que aún no alcanzaba la madurez sexual.

Comparando los huesos de Nipponosaurus y otros hadrosauriodeos estudiados en sus diferentes etapas de desarrollo, el equipo descubrió las características únicas dentro de los huesos de Nipponosaurus que no variarían en su desarrollo (amplia estructura en forma de estante en la mandíbula inferior, un proceso coronoide que se extiende verticalmente desde la estructura en forma de estante y unas patas delanteras extremadamente cortas). Este hallazgo llevó a la conclusión de que el Nipponosaurus es de hecho un taxón válido.

Los investigadores concluyeron que Nipponosaurus es un hadrosaurio más primitivo de lo que se pensaba y que estaba relacionado con el hadrosaurio Blasisaurus y Arenysaurus de Europa, lo que indica que Nipponosaurus es una de las especies de dinosaurios que emigraron de Europa y no de Norteamérica al Lejano Oriente.

“Más de un centenar de los 350 caracteres utilizados para determinar la posición filogenética de Nipponosaurus son caracteres ontogenéticamente variables basados en las diferentes etapas ontogénicas de Hypacrosaurus stebingeri”.

"Tenemos el objetivo de descubrir cómo diversos dinosaurios habitaban las zonas costeras de Asia oriental", dice Ryuji Takasaki.

martes, 13 de junio de 2017

Descubren fósiles completos de 145 y 66 millones de años

El hallazgo reveló un esqueleto completo de cocodrilo y huesos de seis dinosaurios en noreste de China

Foto: Captura
Changchun, China.- Un equipo de paleontólogos ha desenterrado en la provincia nororiental china de Jilin fósiles de un cocodrilo completo y huesos de al menos seis dinosaurios del Cretácico, de hace entre 145 y 66 millones de años.

Tras un año de preparativos, paleontólogos de la Academia de Ciencias de China y un centro local de fósiles empezaron la excavación a finales de mayo, tras el descubrimiento en mayo de 2016 de fósiles de dinosaurios en la montaña de Longshan, en la ciudad de Yanji.

Foto: Temática
El 1 de junio se desenterró un fósil de cocodrilo de 1,5 metros de largo, bien preservado de la cabeza a la cola y con la piel transparente, lo que es bastante raro entre los descubrimientos de la capa cretácica en China.
"Los cocodrilos convivieron con los dinosaurios, lo que significa que posiblemente haya más fósiles enterrados", dijo el investigador del Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología Jin Changzhu.
Foto: Spanish.people.com
Los paleontólogos también descubrieron un gran cantidad de dientes, huesos de brazo, pelvis y costillas de al menos seis dinosaurios, entre ellos carnosaurios, iguanodones y ceratópsidos, de los cuales la mayor parte se encuentran en buen estado. También se hallaron fósiles de tortuga cretácica y madera petrificada.

Según Sun Ge, curador del Museo Paleontológico de Liaoning, se ha identificado a Yanji como el yacimiento de fósiles de dinosaurios cretácicos más oriental de China, y los descubrimientos recientes han enriquecido la comprensión y la investigación de sus fósiles.

Continúa estudio del asteroide que extinguió a dinosaurios

El cráter de Chicxulub, ubicado en tierras costeras de Yucatán.
Foto La Jornada / Archivo
Ciudad de México. Científicos estudian nuevos materiales del cráter de 200 kilómetros que dejó el impacto del asteroide que acabó con los dinosaurios y el 75 por ciento de las especies.

En la actualidad, expertos de todo el mundo, incluido México, estudian las rocas que obtuvieron en la expedición 364, realizada en octubre pasado.

El investigador Jaime Urrutia Fucugauchi del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que el cráter está cubierto por casi un kilómetro de roca en la parte central, por lo que fue necesario realizar núcleos, es decir, muestras de recuperación a través de perforaciones.

“Esto tiene costos altos. Los métodos que se usan son los mismos que en la industria petrolera. Hemos estado realizando varios programas de perforación, llevamos 13 pozos y tenemos más de seis mil metros de núcleos para estudio que hemos compartido con los grupos en otros países”.

Los investigares aseguraron que el cráter se denomina multianillado, ya que su huella en la tierra se compone por estructuras parecidas a anillos concéntricos, uno de ellos similar a una cadena montañosa que recibe el nombre de anillo de picos.

Jaime Urrutia relató a la Agencia Informativa Conacyt, que el objetivo de la expedición será descubrir de qué están hechas las rocas del anillo de picos.

“Eso es lo que pasa siempre que uno contesta una pregunta: se abre otra. Ahora estamos tratando de buscar una explicación a por qué lo que uno esperaría que sea una montaña en la parte central, como es la forma en que se levantaría un pico, tiene en realidad una forma circular”.

"Uno podría decir que habrá una irregularidad de la forma del terreno, o de la forma en que se levantó, pero viendo la forma de las estructuras tanto en el cráter Chicxulub como en el cráter de la luna, claramente se ve que es una forma fundamental del proceso, no es casualidad”, enfatizó.

Por su parte, la investigadora Ligia Pérez Cruz, aseguró que otro de los objetivos al estudiar el material de las rocas del cráter de Chicxulub será estimar el tiempo en que se recuperó la vida después del impacto del asteroide.

Cómo el acelerador de partículas puede ayudar a desenterrar los secretos de la caca prehistórica

Coprolito de Carolina del Sur. Wikimedia Commons
El estudio de un animal del pasado pasa por un análisis exhaustivo de todo su organismo, incluyendo las heces fosilizadas. También llamados coprolitos, los trabajos sobre la “caca prehistórica” estaban limitados hasta ahora. Un nuevo enfoque podría desenterrar sus secretos a través del acelerador de partículas.

Para ser más exactos, los investigadores han acudido a un acelerador de partículas de sincrotón con el fin de averiguar los datos que esconde cada una de las capas que conforman las heces fosilizadas de hace millones de años.

El estudio, realizado por paleontólogos de la Universidad de Uppsala, documenta un nuevo método para examinar los tesoros escondidos dentro de los coprolitos sin destruir las muestras. Un gran avance, ya que estas heces fosilizadas contienen mucha información debido a su química rica en fosfatos. De hecho, esta “caca del pasado” puede preservar muchos especímenes extremadamente delicados, tales como músculos, tejidos blandos, cabello o parásitos.

El coprolito que se cree que proviene de un pez. Qvarnström et al, 
Sci. Reports (2017)
Sin embargo, el problema que tenían los investigadores era el método. El acceso a cada “pieza” significaba cortar el fósil en rodajas finas para luego examinarlo bajo el microscopio. El proceso no sólo destruía parte del fósil, también hacía imposible revelar todos los detalles de su interior. 

Según explica Martin Qvarnström, autor principal del estudio, su equipo comenzó a buscar otras alternativas. Tomaron un par de coprolitos de hace 230 millones de años (Edad triásica) y los llevaron a las instalaciones del sincrotrón en Grenoble para echar un vistazo en su interior.

Mediante la tomografía de sincrotón recogieron imágenes del contenido en tres dimensiones de forma no destructiva. ¿Cómo? En esencia, el acelerador de partículas golpeó el coprolito con rayos X miles de veces más potentes que una tomografía computarizada. Esto permitió a los investigadores construir un modelo 3D increíblemente detallado del interior del fósil.

En este coprolito encontraron muestras de escarabajos. Qvarnström et al, 
Sci. Reports (2017)
El experimento fue un éxito. En uno de los coprolitos encontraron los restos de tres especies de escarabajos, incluyendo dos casos con ala y una parte de una pierna. El otro espécimen contenía conchas de almejas trituradas y partes de un pez. Por tanto, los investigadores creen que la pieza de excremento proviene de un gran pez cuyo fósil se encontró cerca del coprolito. Según Qvarnström:

Hasta ahora sólo hemos visto la punta del iceberg. El siguiente paso será analizar todos los tipos de coprolitos de la misma localidad fósil a fin de averiguar quién comió qué (o a quién) y entender las interacciones dentro del ecosistema.

Una técnica que podría ayudar a los coprolitos a ocupar un lugar central en la paleontología de la misma forma que hoy lo hacen las huellas de fósiles de dinosaurios. [Nature vía Smithsonian]

sábado, 10 de junio de 2017

El secreto mejor guardado de los dinosaurios está en la Patagonia

Un grupo de paleontólogos argentinos realizó un hallazgo que puede cambiar la forma de concebir a estos gigantes.

CC BY-SA 2.0 / Julian Johnson / Gorgosaurus
Los dinosaurios fueron enormes reptiles que habitaron nuestro planeta hace millones de años.  Fue el único animal vertebrado que logró grandes dimensiones, una característica que todavía es una incógnita para el mundo científico, que desconoce en qué momento se dio el gigantismo. Pero hoy un grupo de investigadores argentinos parece estar más cerca que nunca de descifrar este enigma.

La clave para entender esta evolución se encuentra en el hallazgo de una serie de fósiles: 30 huevos, un bebé y un ejemplar juvenil de un dinosaurio herbívoro primitivo que vivió aproximadamente hace 200 millones de años en la Patagonia.

Estos restos fueron hallados por un equipo de paleontólogos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, el CONICET de Argentina, y el Museo Paleontológico Egidio Feruglio en Trelew, Chubut.

Diego Pol, paleontólogo especialista en vertebrados e investigador de este grupo, explicó a Sputnik cómo comenzó este hallazgo. "El proyecto surgió hace unos 15 años. La idea era explorar una localidad en el sur de la Patagonia, en la provincia de Santa Cruz. Después de varios años explorando la región encontramos restos de dinosaurios, huevos completos y fragmentados. Dentro de algunos había restos de embriones, de pequeños dinosaurios que por alguna razón quedaron sepultados generando las condiciones para que comience el proceso de fosilización", dijo.

El paleontólogo argentino agregó que lo importante de tener este tipo de restos en diferentes etapas de la vida del dinosaurio es que permiten conocer en qué momento pudieron desarrollar un tamaño gigante, que sobrepasó a todo animal terrestre. 
"Entender el gigantismo requiere saber cómo crecían estos animales, su velocidad de crecimiento. Para eso necesitamos tener diferentes estadios del crecimiento en la vida de la especie. Acceder a fósiles que nos permiten saber cómo era cuando eran pichones, jóvenes, y adultos es un paso fundamental. Conocer cómo eran los embriones dentro del huevo completa la historia de vida de la especie de este dinosaurio", indicó. 
Por primera vez todos estos fósiles únicos e inusuales viajaron desde Argentina hasta la Instalación Europea de Radiación Sincrotrón, en Grenoble, Francia, para ser estudiados. En este centro se encuentra la tecnología necesaria para realizar un tipo de análisis más preciso.
"Los fósiles son especímenes únicos con chances muy bajas de preservación. En Francia los estudiamos con un aparato que se llama sincrotrón, un acelerador de partículas que genera rayos X de una alta energía para ver el interior de los fósiles sin dañarlos. En el interior del huevo encontramos el esqueleto del pequeño dinosaurio que se estaba formando dentro. Pudimos reconstruir en tres dimensiones cada uno de sus huesos con una resolución espectacular", destacó Pol.
Además pudieron observar características de la especie hasta el momentos desconocidas y extraer conclusiones. El acceso en detalle a la dentición y la mecánica masticatoria de las mandíbulas brindó más información sobre cuándo este animal logró un tamaño tan grande. 
"Eran especímenes totalmente adaptados a los hábitos alimenticios herbívoros. Estas especies son las que desarrollaron los tamaños más grandes, y por supuesto conocer la dentición nos da información sobre qué tipo de alimentación tenían. Es un paso fundamental par entender cómo se convirtieron en gigantes", explicó. 
El científico argentino detalló que ese crecimiento sucedió hace unos 200 millones de años. En principio algunas adaptaciones a la dieta herbívora fueron fundamentales. Ser capaz de capturar un cantidad de alimentos, y por lo tanto de energía del ambiente, requirió un aparato masticatorio y digestivo muy sofisticado. "La materia vegetal es mucho más difícil de asimilar que las fibras animales. Por eso creemos que el desarrollo tanto del sistema digestivo como de la dentición tienen que haber sido clave para entender el gigantismo", sostuvo Pol.

Aún falta conocer mucho más de estas enormes criaturas y por eso la investigación continúa. Aún faltan realizar interpretaciones de datos recogidos durante el estudio del sincrotrón. Pero también será fundamental lo que se pueda aprender de las nuevas expediciones al terreno. 
"La Patagonia es uno de los mejores lugares del mundo para la búsqueda de fósiles, en particular de dinosaurios. En todas las expediciones se encuentran restos. Confiamos en que estos registros sigan apareciendo y nos sigan dando información del pasado de una región muy particular del mundo", concluyó.